Que el viento te despeine cuando acabas de salir de la peluquería, que en una cena de gala se derrame la copa de rioja sobre tu vestido nuevo y rías a carcajadas, salta en el barro como un niño pequeño y mánchate los pantalones blancos, ya se encargará la lavadora de dejarlo como antes. Que desayunando te caiga la tostada con la mermelada boca abajo, démosle la razón a Murphy y que se te olviden las llaves dentro de casa y tengas que esperar a tu madre sentada en la acera. Que se te corra el rimmel cuando llores, te mires al espejo y sonrías mientras él te abrace y te diga que sigues estando preciosa.
¿Qué tiene de divertido que te todo salga bien?
Seres imperfectos.
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