No es el beso, es quien lo da. No es la historia, es quien la escribe. No es el resto, eres tú.


sábado, 24 de noviembre de 2012

Whatsapp, esa aplicación del siglo XXI


Whatsapp, esa aplicación de mensajería instantánea gratuia. Mucha gente pensará que voy a escribir algo bueno sobre ella pero no, se equivocan. Ciertamente es una aplicación de gran utilidad que va estupendamente si necesitas decir algo rápido. Como esos -¿Dónde estás? -¿Te queda mucho? -¿Hacemos algo hoy?. Pero, y aquí viene la parte interesante, el whatsapp es la perfecta aplicación para todos los caguetas. Perfecta para no dar la cara, para todos aquellos que no tienen cojones de dejar a su pareja y recibir la torta que quizás deberían recibir, por ejemplo, o para aquellos que les es más fácil discutir sin tener que enfrentarse a la otra persona en sus narcies. Pero no solo cosas malas, dónde ha quedado ese hormigueo de pedir salir a la chica que te gusta si ahora con un whatsapp ya lo tienes, sin darte de morros si te dice que no, o sin ese beso si te dice que si. ¡Estamos matando el romanticismo! Tanta críticas y críticas sobre chats como el de Tueni, pero ¿no se da cuenta la gente que el whatsapp es más de lo mismo? Que un te quiero no se siente igual si te lo susurran al oído que si lo lees en la pantalla del mismo móvil que te vio discutir. El whatsapp carece de sentimientos.

Llegados a este punto decir que las personas deberían ser consicientes de que las cosas valen mucho más si son sinceras y que éstas se perciben mejor si el receptor te escucha y no te lee.

Definitivamente, el whatsapp como los respectivos chats de las redes sociales, no mejoran tus relaciones, solo las empeoran.


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Y esque algunos de los mejores momentos de mi vida son errores.

If it's not broke, break it.



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